Milia, dermatitis o la costra láctea son algunos de ellos. Conocerlos ayudará a los padres a no desesperarse ni recurrir o aplicar “remedios caseros”, pudiendo generar problemas reales en sus pieles.
Salud
31/05/2024
La piel es la primera barrera protectora que tiene nuestro organismo ante amenazas externas como gérmenes, cambios de temperatura, rayos ultravioletas y la pérdida de agua. No obstante, ésta evoluciona desde el nacimiento y es en esta primera etapa donde se presenta más frágil; por ende, donde más resguardos deben existir.
“Las cualidades protectoras de la piel maduran de forma gradual, desde los primeros meses de vida, pasando por la adolescencia y hasta la adultez. En este sentido, la piel de un recién nacido no sólo es de un menor grosor, sino que también es muchísimo más vulnerable y permeable, aún la actividad sebácea no está normalizada, al igual que la actividad sudoral, y hay menos capacidad de protección frente al sol. Vale decir, aun no es capaz de ejercer una función protectora adecuada, haciendo que, además, se deshidrate con mayor facilidad. Ante este panorama, es preciso conocer los cuidados y las afecciones de la piel asociadas a esta etapa de la vida”, menciona Magdalena Galarce, médica de servicios clínicos y farmacéuticos de Farmacias Ahumada.
El tipo de piel del recién nacido varía dependiendo de la duración del embarazo; por ejemplo, los niños prematuros tienen la piel muy delgada y transparente, mientras que uno de término la tiene más gruesa. En estos casos, al nacer la piel es de un color rojizo profundo o púrpura, aclarándose hacia el segundo o tercer día de vida, y volviéndose más seca y escamosa. También hay una mayor reactividad vascular, se enrojece o palidece con más facilidad, notándose cuando el bebé llora (tiende a ponerse roja) o cuando tiene frío (manos y pies de tono morados). “Por eso es importante que, sin la guía del pediatra, los padres no apliquen cualquier tipo de producto a las pieles de sus guaguas. Esto podría generar complicaciones que pueden evitarse, sobre todo en esta etapa tan vulnerable”, añade la doctora.
Las más frecuentes
De acuerdo con Galarce, éstas serían las afecciones más comunes en los primeros meses de vida y que, en muchos casos, sólo requiere de tiempo para que se recuperen.
Por último, Galarce también indica que las manchas de nacimiento no requieren mayor cuidado o tratamiento, en la mayoría de los casos. “Estas marcas pueden desaparecer con los años, o su color se atenúa, aunque a muchos padres suele preocuparles. Podrían ser controladas por el pediatra dependiendo de su tamaño, número, ubicación y tipo (vasculares o pigmentadas), y sólo en algunos casos pueden requerir exámenes, tratamiento o ser tratadas por otro especialista”, señala.
Algunas de estas marcas pueden ser protuberantes y pueden generar incomodidad, dependiendo donde estén ubicadas, o riesgos menores, como los hemangiomas, en caso de ulceración o lesión. Pero, en su mayoría, estas marcas y otras desaparecen con los años y antes de que se llegue a la adolescencia”, indica la doctora. Lo más importante es siempre contar con la asesoría del pediatra, sin aplicar productos que no sean recomendados por el mismo si el recién nacido presenta problemas en la piel.
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